Puede haber una gran cantidad de complicaciones médicas graves asociadas con el uso de cocaína. Entre las más frecuentes se encuentran las cardiovasculares, tales como irregularidades en el ritmo cardiaco y ataques al corazón; los problemas respiratorios como dolor en el pecho y falla respiratoria; los efectos neurológicos incluyendo apoplejía, convulsiones y dolor de cabeza; y las complicaciones gastrointestinales que causan dolor abdominal y náusea.
Varios tipos de enfermedades cardiacas han sido asociados al uso de cocaína. Se sabe que esta droga ocasiona ritmos caóticos del corazón como la fibrilación ventricular; acelera los latidos del corazón y la respiración; y aumenta la presión arterial y la temperatura del cuerpo. Los síntomas físicos pueden incluir dolor en el pecho, náusea, visión nublada, fiebre, espasmos musculares, convulsiones, coma y muerte.
Las reacciones adversas al uso de cocaína varían dependiendo de cómo se administra. Por ejemplo, cuando se inhala regularmente puede causar una pérdida del sentido del olfato, hemorragias nasales, problemas al tragar, ronquera y una irritación general del tabique nasal lo que puede producir una condición crónica de irritación y secreción de la nariz. Cuando se ingiere, la cocaína puede causar gangrena grave en los intestinos porque reduce el flujo sanguíneo. Además, las personas que se la inyectan tienen marcas de pinchazos y trayectos venosos conocidos como "tracks", usualmente en los antebrazos. Los usuarios intravenosos también pueden experimentar reacciones alérgicas, ya sea a la droga o a algunos de los componentes que se agregan a la cocaína en la calle y, en los casos más severos, estas reacciones pueden provocar la muerte. La cocaína tiende a reducir el consumo de alimentos, por lo que el uso crónico causa pérdida del apetito haciendo que muchos usuarios tengan una pérdida significativa de peso y sufran de malnutrición.
Las investigaciones han demostrado que existe una interacción potencialmente peligrosa entre la cocaína y el alcohol. Cuando se usan conjuntamente, el organismo los convierte en etileno de cocaína. El efecto del etileno de cocaína en el cerebro es más duradero y más tóxico que cuando se usa cualquiera de estas drogas por separado. Aunque se necesitan más estudios, cabe notar que de las muertes ocasionadas por la combinación de dos drogas, las que ocurren más comúnmente son las ocasionadas por la combinación de la cocaína con el alcohol.
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